Mensaje de la Jefa de UNDRR por el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres 2023
El 90% de las muertes relacionadas con el clima ocurren en los países más pobres. Incluso en los países más ricos, la mayoría de las víctimas de desastres son los más pobres y quienes ya enfrentan desigualdades sociales y económicas. En particular en las Américas y el Caribe, donde un tercio de la población vive en condiciones de pobreza.
Entre los sorprendentes hallazgos de nuestra encuesta sobre personas con discapacidades, lanzada hoy, observamos que el 84% respondió no sentir preparación para responder en caso de un desastre.
La desigualdad, en todas sus formas, es un factor importante de riesgo ante los desastres.
Esto se debe a que la pobreza y la desigualdad crean condiciones que obligan a las comunidades a vivir en áreas expuestas, con infraestructura y viviendas precarias. La desigualdad dificulta el acceso a la información, los servicios y las alarmas.
Y después de un desastre, a las comunidades vulnerables les lleva mucho más tiempo recuperarse y a menudo las personas caen aún más en la pobreza.
Debemos romper este ciclo de desigualdad, desastre y repetición.
En el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres 2023, decimos: "No más". No más desigualdad. No más dejar atrás a las personas. No más injusticia climática.
Nadie está a salvo de la amenaza de los desastres hasta que todos estemos a salvo.
Esto significa que los países deben priorizar con urgencia la implementación de sistemas de alerta temprana inclusivos y multiamenazas, para que todos, sin importar dónde se encuentren, estén protegidos y preparados.
También significa financiar adecuadamente la reducción del riesgo de desastres, ya sea a través de asistencia internacional, inversión pública o privada, y priorizar a los países en desarrollo para ayudarles a evitar desastres.
Al apoyar a los países más pobres y vulnerables y cuidar a las poblaciónes en mayor riesgo en todos los países, podemos asegurarnos de que nadie quede atrás y empoderar a las personas para prosperar con igualdad y resiliencia.
En las Américas y el Caribe, las redes de sociedad civil, la red de mujeres, la de personas con discapacidad, la de conocimientos ancestrales y la de juventud, entre tantas otras, llevan años trabajando incansablemente para garantizar que todas las personas, especialmente las más vulnerables, tengan un lugar en la mesa a la hora de tomar decisiones.
Con las decisiones y acciones adecuadas ahora, podemos proteger todas las vidas ante los desastres.
Podemos y debemos hacerlo.
Gracias.